22 de abril, el Día de la Tierra
Cada 22 de abril, el mundo detiene su rutina por un momento para recordar una verdad esencial: dependemos profundamente del planeta que habitamos. El Día de la Tierra no es solo una efeméride más en el calendario ambiental, sino una invitación urgente a la acción, la reflexión y la corresponsabilidad. En la Universidad Andrés Bello, este llamado se traduce en compromisos concretos y sostenidos, que involucran tanto a la comunidad estudiantil como al personal académico, de investigación y administrativo.
Por Claudia Orellana Cortés
Socia Profesional de la Red Campus Sustentable

Este año, hemos querido conmemorar este día de una forma especialmente significativa: a través de la restauración del Jardín Botánico de Viña del Mar, una actividad que no solo busca recuperar un espacio verde, sino también reconectarnos con la naturaleza desde la experiencia directa. Con la participación de estudiantes, esta iniciativa refleja el espíritu de colaboración y conciencia ecológica que queremos fomentar en cada campus.
Pero nuestro trabajo no comienza ni termina con esta jornada. El compromiso con la sostenibilidad en la UNAB es parte integral de nuestra gestión institucional. A través de nuestro plan de gestión de residuos que hemos implementado en distintos campus, se ha fortalecido el manejo adecuado de residuos, promoviendo su correcta valorización, separación y disposición. Sabemos que pequeños gestos cotidianos, como reciclar correctamente, evitar el uso de plásticos de un solo uso o reducir el consumo de papel, generan un impacto real cuando se convierten en cultura.

Socia Profesional de la Red Campus Sustentable
Uno de los pilares de este sistema ha sido la educación y sensibilización en torno al manejo de residuos. Mediante campañas internas, señalética adecuada y espacios habilitados para la separación de materiales reciclables, hemos logrado avanzar hacia una comunidad universitaria más informada y comprometida. A esto se suman nuestras alianzas con gestores responsables, que aseguran que los residuos reciclables sean efectivamente transformados en nuevos recursos, cerrando el ciclo de forma eficiente.
Asimismo, hemos desarrollado actividades de reforestación en distintos sectores donde se ubican nuestros campus, como una forma concreta de mitigar el impacto ambiental y recuperar ecosistemas que se han visto degradados por la acción humana o los efectos del cambio climático. Estas instancias no solo tienen un valor ambiental evidente, sino también un fuerte componente educativo y emocional. Plantar un árbol es también plantar un futuro más verde.
En un contexto global donde las noticias sobre crisis climática, pérdida de biodiversidad y contaminación parecen no dar tregua, las universidades tienen un rol crucial que cumplir. No solo como centros de generación de conocimiento, sino como espacios donde se incuban valores, actitudes y hábitos transformadores. Por eso, cada acción que tomamos en la UNAB busca ir más allá del simbolismo y enraizarse en un propósito mayor: formar profesionales conscientes, críticos y comprometidos con la construcción de un mundo más justo y sustentable.
El Día de la Tierra nos recuerda que cuidar el planeta no es una tarea opcional, ni una moda pasajera. Es una necesidad urgente que requiere de convicción, coherencia y colaboración. Desde nuestra comunidad universitaria, seguiremos trabajando para que cada campus sea un espacio vivo de aprendizaje, respeto y regeneración. Porque solo cuidando la tierra que habitamos, podremos garantizar un futuro digno para quienes vendrán después de nosotros.