Economía circular en campus de IES: del concepto a la acción

En un contexto de crisis climática y sobreexplotación de recursos naturales, las instituciones de educación superior tienen un rol clave en la transformación de nuestras formas de producir, consumir y desechar. La economía circular basada en los principios de reducir, reutilizar y reciclar ha dejado de ser una aspiración teórica para convertirse en una necesidad urgente. ¿Pero cómo se traduce este concepto en acciones concretas dentro de los campus universitarios?

Por Claudia Orellana Cortés
Jefa de Proyectos de Sostenibilidad UNAB
Socia Profesional RCS

En la Universidad Andrés Bello, este desafío ha comenzado a abordarse con decisión, reconociendo que los espacios de formación también deben ser espacios de coherencia, innovación y ejemplo.

Durante años, hablar de economía circular en el entorno universitario se redujo a instalar puntos verdes o campañas de reciclaje. Si bien estas acciones son necesarias, resultan insuficientes si no se insertan en una estrategia más amplia. La economía circular invita a rediseñar procesos completos, desde la adquisición de insumos hasta la gestión de residuos. En el caso de la UNAB, esto ha significado avanzar hacia una mirada sistémica, identificando flujos de materiales, oportunidades de reducción y acciones que involucren a toda la comunidad universitaria.

Por Claudia Orellana Cortés
Socia Profesional RCS

En diversos campus de la UNAB, se han implementado múltiples iniciativas orientadas a reducir el impacto ambiental, como la valorización de residuos orgánicos acción iniciada en el campus Casona y recientemente extendida a Antonio Varas, y la instalación de modernas máquinas de refill de agua en los diferentes campus, que buscan desincentivar la compra de botellas desechables y fomentar hábitos de consumo más sostenibles entre la comunidad universitaria. Estas medidas no solo apuntan a reducir la generación de residuos, sino también a promover una cultura de economía circular en el que cada acción cotidiana suma al cambio.

Otro eje de acción ha sido la gestión de residuos electrónicos y electrónicos(RAEE), un desafío creciente en todas las IES. Equipos obsoletos, cables y otros dispositivos digitales deben ser gestionados responsablemente, tanto por sus componentes tóxicos como por los materiales valiosos que pueden recuperarse. La UNAB ha trabajado en colaboración con gestores autorizados tal como Pañiwe para asegurar una disposición adecuada.

La economía circular no se limita a los aspectos operativos. Es también una oportunidad para innovar, investigar y formar a las y los estudiantes con una mirada transformadora. Por ello, las IES deben integrar este enfoque en sus mallas curriculares, proyectos de investigación aplicada y actividades de vinculación con el entorno.

Los desafíos que vienen

A pesar de estos avances, aún queda mucho por hacer. Una economía verdaderamente circular exige repensar criterios de compra, rediseñar procesos administrativos, reducir la generación de residuos desde la fuente y medir con mayor precisión los impactos. También implica un cambio cultural: comprender que cada decisión cotidiana usar una botella reutilizable, imprimir menos, separar bien los residuos puede ser una pieza en el engranaje del cambio.

Otro gran desafío es la trazabilidad. Saber qué pasa con los residuos una vez que salen del campus, conocer la efectividad de las campañas y asegurar que los materiales efectivamente se valorizan, son pasos necesarios para evitar el “greenwashing” involuntario.

Un llamado a la acción

Las universidades tienen una triple misión: formar, investigar y vincular. Pero también tienen la oportunidad y la responsabilidad de liderar con el ejemplo. La economía circular no es solo una tendencia o una meta de sostenibilidad institucional. Es una manera de entender el mundo, de construir comunidad y de asegurar un futuro más justo y habitable.

Que nuestras universidades y en particular, nuestros campus se conviertan en laboratorios vivos donde los principios de la circularidad no solo se enseñen, sino que se vivan, depende de la voluntad, la creatividad y el compromiso de todas y todos.

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Julio 24, 2025

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