Estudiantes de Middlebury School in Chile y de la UACh abordan conflictos socio-ecológicos en Chiloé
Los jóvenes de ambas universidades realizaron investigaciones participativas en Chiloé, integrando saberes científicos y ancestrales para abordar el desarrollo de sus proyectos.

Con un amplio marco de público se realizó el encuentro titulado “Patrimonio, bosque y comunidad: tejiendo redes para la conservación”, en la Sala de Extensión del Museo Regional de Ancud. La actividad, organizada por la Estación Biológica Senda Darwin, con el apoyo de Proyectos de Davis Collaborative in Conflict Transformation de Middlebury College y los (as) estudiantes, fue también una instancia de encuentro con la comunidad para compartir aprendizajes y reflexionar colectivamente sobre los desafíos socioambientales del archipiélago.

En esta jornada, estudiantes del programa Middlebury School in Chile y sus mentores culturales y académicos —estudiantes de la UACh— presentaron los resultados de los proyectos de investigación que desarrollaron durante el semestre en la Estación Biológica Senda Darwin, en el marco del Track de Sustentabilidad y Sociedad, una opción académica que toman estudiantes extranjeros y que invita a participar a estudiantes chilenos en investigaciones situadas en distintos territorios del sur del país, como Valdivia y Chiloé. “Se desarrolla en conjunto con universidades locales y organizaciones territoriales, lo que permite co-diseñar los proyectos con quienes habitan esos espacios”, explicó Paulina Solís, Directora Asistente, encargada de Sustentabilidad y gestora de este Track en Middlebury School en Chile.
Sobre la forma de abordar el trabajo del semestre, Solís destacó entre los enfoques el participativo. Al respecto, dijo “este enfoque busca una relación simbiótica entre los estudiantes y los territorios. No se trata solo de estudiar un lugar, sino de aprender con y desde ese lugar, reconociendo los saberes locales y construyendo vínculos respetuosos y colaborativos”.
Mientras que Juan Pastene, Director de Middlebury School in Chile, destacó, “uno de los aspectos más relevantes de este track que cursan nuestros estudiantes, reside en el trabajo colaborativo que realizan con alumnos de la UACh en el marco de la investigación independiente efectuada durante todo el semestre. Además de afrontar conjuntamente sus respectivos temas de investigación, desde un punto de vista teórico-práctico, también les permite experimentar un enriquecedor intercambio cultural”.
En este ejercicio de investigación interdisciplinario e intercultural, que integró ciencia, territorio y saberes locales, trabajaron William Hinkle y Lia Bravo, estudiante de Ingeniería en Conservación de Recursos Naturales, UACh; Lola Henderson-Thomas y Bárbara Bravo, Ingeniería en Recursos Naturales, UACh; Magdalena Aguayo y Javiera Guajardo, estudiante Ingeniería Forestal, UACh; Severn Sienkiewicz y Elly Tuffey, y Noel Schlageter y Jorge Gálvez. El trabajo de las llamadas “duplas” no solo enriqueció los enfoques metodológicos y temáticos de cada proyecto, sino que también fomentó el diálogo entre distintas perspectivas culturales, fortaleciendo el aprendizaje y la construcción de conocimientos.

A través de estudios centrados en problemáticas como la conservación biocultural, los conflictos por el uso del suelo o el manejo de especies invasoras, el grupo de estudiantes se aproximó a herramientas de diagnóstico participativo y metodologías de transformación de conflictos socio-ecológicos. En colaboración con investigadores y actores territoriales, propusieron soluciones sustentables tendientes a fortalecer los vínculos entre conocimiento científico, ética ambiental y cosmovisiones locales. La experiencia no solo evidenció la relevancia de integrar distintas formas de conocimiento en la investigación científica, sino también el potencial del trabajo entre pares interculturales para encontrar soluciones y cultivar el respeto.
Procesos participativos con la comunidad
Es así como los proyectos desarrollados por los (as) estudiantes del Track de Sustentabilidad y Sociedad reflejan realidades del territorio y sus comunidades, abordando desde distintas disciplinas problemáticas críticas para Chiloé. En el caso de William Hinkle y Lía Bravo, llevaron a cabo un mapeo participativo con habitantes de Ancud, identificando percepciones locales sobre conflictos socioambientales, como el avance de megaproyectos energéticos y la parcelación del territorio, visibilizando su impacto en prácticas tradicionales y servicios ecosistémicos.

Por su parte, Lola Henderson-Thomas y Bárbara Bravo se enfocaron en la problemática del visón americano como especie invasora, elaborando un plan de mitigación que incorporó tanto conocimientos técnicos como las inquietudes y aportes de las comunidades aledañas al río Huicha, mientras que Javiera Guajardo profundizó en el estudio del bosque siempreverde de Chiloé mediante el análisis de hojarasca, revelando no solo la capacidad de estos ecosistemas para actuar como sumideros de carbono, sino también la estacionalidad de la caída de materia vegetal, clave para entender su rol en la dinámica ecológica del archipiélago.
En relación con el Track de Sustentabilidad en Chiloé, la directora de la Unidad de Relaciones Internacionales de la UACh, Nicole Lerdon, expresó, “es una muestra clara de cómo las iniciativas internacionales fortalecen la formación de nuestros estudiantes y enriquecen la comunidad académica. Desde la Universidad Austral de Chile valoramos profundamente este intercambio intercultural y el trabajo conjunto con Middlebury, que impulsa la internacionalización de nuestra institución y fomenta conocimientos, desde una perspectiva biocultural. Felicitamos a todos los estudiantes por su compromiso y por ser protagonistas de esta experiencia transformador”.
Valoración de la experiencia
Tanto los estudiantes chilenos, como los estadounidenses, junto al equipo de la Estación Biológica Senda Darwin, destacaron la experiencia como de colaboración intercultural que amplió las perspectivas socio-ecológicas del trabajo, permitiendo contrastar miradas y construir enfoques más integradores, en un marco de respeto y diálogo promovido activamente por el equipo de Senda Darwin. “Es una instancia única de encuentro entre pares de distintas culturas, donde los y las estudiantes a través de la colaboración y el re-conocerse, desarrollan habilidades para enfrentar desafíos y conflictos, a través del diálogo y la experiencia compartida, elementos necesarios para abordar contextos de crisis climática”, subrayó Solís.
Para Bárbara Bravo fue muy relevante el compromiso y la sensibilidad cultural de su compañera Lola Henderson, así como el constante acompañamiento de investigadores de la Estación, disposición que favoreció una experiencia de aprendizaje integral y significativa.
Javiera Guajardo, por su parte, valoró el carácter inmersivo del trabajo en equipo, que fortaleció sus habilidades blandas como la comunicación, la empatía y la adaptabilidad, permitiéndole aplicar conocimientos universitarios en un entorno colaborativo real. Esta sinergia entre pares de diferentes culturas y disciplinas se consolidó como uno de los pilares fundamentales del programa, demostrando que la construcción colectiva del conocimiento es también una oportunidad de crecimiento personal y profesional.

Al finalizar el semestre, muchos estudiantes destacan lo completa que fue la experiencia. No solo aportaron a una investigación científica concreta, sino que también crearon vínculos significativos entre ellos, compartieron aprendizajes culturales e interculturales, y se involucraron con las comunidades locales, especialmente durante la etapa de divulgación científica.
Los jóvenes aseguraron que participar en el Track de Sustentabilidad y Sociedad fue una experiencia transformadora, que les aportó valiosas herramientas para su formación profesional y personal. Sus testimonios reflejan cómo este track impulsa una comprensión integral de la sustentabilidad y fortalece la capacidad de incidir en procesos reales de cambio.
“Este programa fue una oportunidad única para fortalecer habilidades prácticas como la escritura científica, la recolección de datos y el pensamiento crítico, enfrentando desafíos que no se abordan comúnmente en las aulas”, dijo Henderson. Lía Bravo, por su parte, valoró la posibilidad de ampliar su mirada interdisciplinaria y social, integrando dimensiones políticas, éticas y comunitarias que enriquecieron su enfoque ambiental. A Bárbara Bravo, en cambio, le permitió integrar conocimientos técnicos con la vivencia directa de intercambio cultural y cooperación, generando aprendizajes aplicables a la conservación y educación ambiental.
Preparación para desafíos profesionales
Proyectándose en el tiempo, Javiera Guajardo dijo que esta formación temprana la prepara para enfrentar los desafíos del cambio climático con responsabilidad ética, dotándola de herramientas clave para actuar como profesional en escenarios socio-ecológicos en transformación.
Siguiendo la línea de lo expresado por los jóvenes, Scarlett Barra, Coordinadora de Difusión de la Ciencia en la Estación Biológica Senda Darwin, señaló que “el trabajo realizado por los (as) estudiantes del Track de Sustentabilidad y Sociedad dejó un impacto muy positivo, no solo por su compromiso y capacidad de adaptación al territorio, sino porque permitió abrir nuevas líneas de trabajo para la Fundación, especialmente en temas socio-ecológicos”.

Destacó la labor de la dupla enfocada en la transformación de conflictos, cuyo trabajo con comunidades locales logró fortalecer vínculos que la Fundación venía construyendo desde hace años, abriendo un proceso participativo en torno a problemáticas como el avance de megaproyectos y especies invasoras. Barra subrayó que “este tipo de experiencias no sólo contribuyen a la formación de los estudiantes, sino que también generan expectativas en las comunidades con las que trabaja la Fundación, creando oportunidades para continuar profundizando en líneas de investigación y acción socialmente relevante”, resaltó. Además, valoró la capacidad de todos los grupos para presentar y difundir sus resultados ante una audiencia diversa, lo que demuestra, según ella, el potencial transformador de esta alianza entre el programa educativo y la Fundación.
Cabe señalar que Middlebury School in Chile valora esta forma de inmersión en el territorio ya que ofrece una oportunidad equitativa para que, tanto estudiantes chilenos como extranjeros, se involucren en investigaciones relevantes, lideradas por investigadores locales, con impacto tanto en lo local como en lo global, especialmente en temas relacionados con el cambio climático.